Un territorio, tres tesoros: Villuercas, Ibores, Jara.
La Sierra de las Villuercas se vistió con su mejor traje y nos regaló un maravilloso espectáculo de luz y color. Amarillos, naranjas, rojos, marrones, verdes…, diferentes gamas cromáticas se mezclaban y dieron la bienvenida a un grupo de alumnos que desconocía el territorio y que nunca pensó que la naturaleza en estado puro iba a invadirles de esa forma.
Entre castaños centenarios, declarados árboles singulares, y robledales, recorrimos misteriosos caminos donde de pronto nos asaltaban diferentes clases de hongos. El grupo de 1º y 2º curso del Ciclo de Guía, Información y Asistencia Turísticas del instituto tuvo la oportunidad de realizar la Ruta de los Castaños de Calabaza guiada de la mano de la alumna de 2º curso Miriam Marín. Gracias a ella aprendimos cómo se puede medir la pureza del aire observando la corteza de los árboles, a reconocer las principales variedades de setas, y a diferenciar entre un laurel y un loro, (prunus lusitánica) que en palabras de nuestra guía turística “es el árbol autóctono más prehistórico que podemos encontrar en la península, perteneciente al Terciario”.
No podíamos abandonar la comarca sin visitar el Monasterio de Guadalupe, exponente de cultura e historia extremeña y por tanto referencia obligada para historiadores y, por supuesto también, para alumnos que están estudiando el patrimonio histórico y cultural de Extremadura con el fin de llegar a ser algún día uno de esos guías turísticos que nos muestren a cualquiera de nosotros, alguna de esas valiosas obras arquitectónicas o monumentos de la naturaleza que atesoramos con orgullo en nuestra tierra.
Elena Díaz Díaz del Campo